Hoy celebramos 30 años de democracia, de libertad de poder expresar qué somos. 30 años de aire limpio, sólo ensuciado por el olor a pólvora de los que aún no se han enterado de que eso, ya no es ni un sueño, ni una revolución, ni nada… simples asesinos en serie.

Hoy miramos atrás y vemos cómo éramos… hasta para abrir una cuenta era preciso la autorización de tu padre o marido. ¡Casi nada!

Hoy ellas, tan iguales a ellos (muy superiores a ellos, claro) gozan de tanta libertad que algunos no concebiríamos el Mundo de otra manera… sin su papel, su presencia, prestancia y elegancia. En estos 30 años, ellas sí han cambiado. Y como siempre para bien. Sin ella, hoy no sería lo mismo.

Allá por 1977, sólo tenía 8 añitos, pero lo recuerdo como si fuera ayer. Mítines y más mítines. Vi a Carrillo, a Suárez, Lavilla,  González y demás dirigentes políticos locales y regionales. Libertad sin ira.

En 30 años ellos, los políticos, también han cambiado. Son más zafios, incultos e iletrados que aquellos sufridos hombres de la Transición. 

Todo ha cambiado. Nostros también. Sin embargo esos años tiene  el sabor dulce en la memoria de nuestra niñez… aunque bien cantado, como dice mi amigo Michel (ex-jonny juerga y los que remontan el pisuerga),… al lugar que fuiste feliz no debieras tratar de volver.