Llevo unos días algo ausente de mis ramalazos poéticos; ando más metido en charcos politiqueros que, por otra parte, me ponen cantidad.

Hoy se me ha ocurrido leer la definición que la RAE (www.rae.es) hace de la palabra República.

Y dice esto: "Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un período determinado".

No es que yo quiera sacar un debate zanjado en el 78, pero es que viendo el ritmito de la peña borbónica y sobre todo, analizando la pasta que nos cuesta a tod@s los hombres y mujeres de buena voluntad de este nuestro Estado español, mantener a estos ínclitos improductivos, pues a lo mejor me da la gana decir que me parece una estafa.

Y traigo esto a colación, entre otras, por lo acontecido estos días con lo de España y su baloncesto. Lean lo que hacían los integrantes de esta "maripandi bien pagá", mientras que nuestros altos y modestos jugadores perdían varios kilos mientras le comía todo el "feta" a los griegos.

Según Jaime Peñafiel, ese día, concretamente ése, "el Príncipe Felipe y su inefable esposa Letizia se encontraban en Ibiza para un acto, tan “trascendental” como la boda de un antiguo compañero de estudios.

La Reina, por su parte, acababa de regresar de Atenas, adonde había viajado en compañía de su hija Cristina, para una reunión de su familia griega con motivo del sesenta cumpleaños de su cuñada la ex reina Ana María de Grecia.

¿La infanta Elena? Ignoro si había regresado ya de Nueva York, donde se encontraba desde hacia unos días, junto a su marido, Jaime de Marichalar, para una revisión médica.

Sólo quedaba el Rey. Aunque es un hombre todavía relativamente joven, un viaje a Japón no deja de ser una paliza".

Pues ya me dirán. Lo de ZP no tiene desperdicio tampoco, pero tiene la legitimidad que le da ser el Presidente elegido por unos cuantos millones de españolitos que votamos libremente cada cuatro años. Pero lo de esta cuadrillita como que no me cuadra.