Triunvirato

Del latín triumvirātus: magistratura de la Roma antigua, en que intervenían tres personas.

Ya sabemos lo que es eso. Pero mirando la foto podría ser un nuevo triunvirato, los tres tigres de bengala, la amenaza trigonométrica o las medallas de oro, plata y bronce.

Tres eran tres los cerditos, los mosqueteros y hasta los Reyes Magos de Oriente que, cuando asoman las narices por las ventanas, todo se llena de caramelos y saltos de alegría.

También eran tres las patas que Anitaburete le rompió en los piños al descarado de Juan el de Rocamora. Tres las novias moras del que lloró como mujer lo que no supo defender como hombre y también, no puede ser de otra manera, tres las veces que le robaron la cartera anoche a los señoritos del balón-pie.

Es cierto que Antena es tres; que  lo que enseñaba el dios del mar, Poseidón, eran tres magníficos dientes en su tenedor acuático y que cuando Colón, no el que lava más blanco, sino el del güevo, llegó a las Américas iba acompañado de dos carabelas, más la suya, que eran tres. Bueno y la marca de tabaco que, a falta de Bisonte, fumaba mi madre. 

Hay muchos treses en nuestras vidas; todo por esta foto en la que estamos las tres alegrías de la casa.

¡Ja, que fanfarrón!