Cuando uno pare un criatura

La verdad es que a veces nos sentimos demasiado pequeños; otras demasiado importantes; las que menos, grandiosos.

Sin embargo hay ocasiones que bien valen una foto; lo dejan a uno en su sitio, es decir, hablando de su criatura a una nutrido grupo de oyentes… entregados, despistados, entusiasmados, fieles, convidados de piedra o asistentes  a cuasi mítines de conversos convencidos.

Lejos ya del día del parto, mi amigo "El creata", me hace llegar de su máquina esta instantánea que bien vale este post, no por la apariencia del hablante, sino por la enorme criatura que aparece en el fondo que, una vez más, cumple con el sueño de su engendrante inquieto.

Los peques, el forzudo Odnan y el escurridizo Xela,  deben comer y por eso, casi siempre, casi todas las horas del día hay que dedicarlas a crear.

Ahora también… aunque en este caso sea para compartir los mejores momentos del parto.