09
2007Cedeceleste
Nació cuando todavía saltaba de acera en acera o pasaba por debajo de los railes del tren. Pelo negro.
Ella ha estado siempre ahí. Contra los vientos del sur, los del norte, los abandonos, las sombras, los motines, las navajas, pistolas y hachas. Ella dejó que sus manos no temblaran antes de cerrar la puerta para mostra su hombro a un hombre que rozaba la locura visual en un mundo que no es el suyo.
Ella, entre Calíope y Penélope, da sin recibir. ¿O quizá si?
Ama la libertad y comparto con ella el gusto por la brisa de la verdad. Esputamos al unísono nuestras mejores reservas de maldiciones contra la venta de las almas que genera este nuevo mundo.
Y a mi, salvo esta anotación, sólo me ocurre juntarles palabrillas, como brillos dejan su ojos en las noches de blanco satén.
Cedeceleste
Paseabasobre la sombra de la linea del horizonte
dejando piezas de mialma en composición;
su red se hizo intangible,presente; apenas sin luz,
acabé retratado sobre un lienzode palabras juguetonas,
imprimiendoa mis pasos amor
al sol, a la arena…llegamos a la isla
dedonde jamás regresaremos…
por ahora.
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