¡Mójame!

Deja ya de una vez la toalla lejos de tu mano; olvida los temores. Hoy toca hablar del agua, de ese agua que te brota de las entrañas para ahogar olvidos, silencios, soledades.

Agua donde colocar mi cascarón de nuez y navegar hasta Ítaca. Agua para aplacar esta sed. Agua para nadar y no guardar la ropa; agua refrescante y renovadora.

Agua entre tus piernas para "toboganear" mientras las dejas a sotavento y barlovento.

Olvida la toalla. El agua apaga fuegos pero llena mares y océanos.

Si te beso, te mojas. Y si te mojas, yo, me empapo.

¡Mójame!