Ellas, ellas (V)

Me había quedado en 1990. También ese año, junto con el siguiente 91 y 92 andaba yo por 4º y 5º de carrera. Ya me aburría pensnado en que me quedaba otro para acabar la dichosa carrera de Derecho. En aquel piso que compartía con otros compañeros, uno de ellos, Matías, había estado unos meses antes en EE.UU y una noche, de las memorables de discusiones filosóficas entonro al bieny el mal, nos citó una plei que en aquel país había levantado mucha polvareda mediática. No había Internet y las cosas de EE.UU tardaban unos meses todavía en llegar a este país. Aquí andábamos con los gitanos de mancha Real, "Her convoluto", el AVE, Felipe y los GAL. También la 1º guerra del Golfo. Tenía un enorme mapa de la zona pegado en la pared del salón y allí iba analizando, día a día, el transcurrir del conflicto.

Pero volvamos a ellas. Matías nos citó una peli en la que una escritora volvía loco a un policía. En la peli, al margen de escenas lésbica, aparecía una memorable que ha quedao para los anales de la historia del cine: ella, "desbragada" -permítaseme la expresión; ahora se lleva de moda ir sin ropa interior- hacía un cruce de piernas ante unos comatosos y babeantes policías. 

Llegaba a mi vida la que siempre hemos llamado "la Tita Sharon". 

Una nueva estrella iluminaba las oblícuas y frías paredes de Pamplona imaginándome como un autentico onanista esperando que ella, una vez más, se cruzara y descruzara de piernas. Era 1991 y las chicas famosas (y menos) tardaban mucho más en enseñar sus armas. Hoy las venden al mejor postor y si no a Dolce Vita, Hola, o todas esa marquería amarillista que rige las tv´s de este adormecido país.

En fin, la Tita Sharon  me adoptó y yo siempre creí poder amamantarme en sus pechos de celuloide.

Hoy, con muchos más años, ella, la Tita Sharon, mejora como el vino y el que escribe, con 38 en la buchaca, sueña con poder darle un chupetoncito en el pitón izquierdo.

¡Cosas de niños!