Nadar sin mojarse

Nada por aquí, nada por allá. Nada de nada o… ¿nada que te nada?

Salpicas, chapoteas, saltas, te bebes hasta las olas…

Sin embargo, aún, las paredes mojadas del interior del armario que guarda la máquina de respirar, es… pura maquinaria a punto de oxidarse, ya que cuando uno nada, se moja.

Por eso, sigo aprendiendo a vivir sin nada… nada por aquí, nada por allí.

Muchas gracias… de nada, de nada.