Musa

Las calles mojadas aún recuerdan el sabor de la despedida nocturna envuelta en famélica descomposición…

Eres la brillante aparición de la luz al final del oscuro callejón del gato que se ha transfigurado en tigre demoníaco…

Pero de tarde en tarde, regresas para gastar algo de tu efímero tiempo en dejar pinceladas de tu aroma en mis dedos… que te recorrieron como una carretera sin retorno.

Un día le contaré al mundo cómo una huelga de hambre genera poesía o cómo un paseo por San Juan de Luz puede llenar toda una vida de inspiración a la espera de que tus manos sanen las almas de tus elegidos.

En tu pedestal, ya no eres estatua… eres, simplemente, ser.