19
2008Mojado
Cuaderno de Bitácora: día 18
Me he vuelto a despertar mojado. No se trata de micciones incontrolables, no. Ni siquiera controlables. Es el esperma. Mi esperma. Eyaculo con frecuencia, siempre que esté bajo los efectos de una inyeccción de LSD. Anoche -vaya sarcasmo- tuve que acudir, una vez más, a una intravenosa. Era incapaz de conciliar el sueño y mi intercomunicador compulsivo emitía ligerísimas vibraciones que me provocaba un pitido insoportable en el interior de mi alma. Sin embargo no sé por qué eyaculo. Al despertamente hay un olor indescriptible dentro de mi cápsula personal. No puedo llamar a nadie -ni tan siquera a través de los sistemas de comunicación de la nave-. Andando a horcajadas; he llegado al habitáculo destinado en la nave al aseo y mantenimieto de la higiene de los tripulantes. Me he colocado debajo de la ducha permaneciendo bajo el agua tonificante, mas de cincuenta sesentavos de una unidad de tiempo.
Al final creía que las gotas taladraban mi cráneo.
Me envolví en una toalla.
Dirigiéndome al espejo pude ver que éste estaba empañado. Poco a poco, con la palma de mi mano abierta, fui retirando el resto del vaho. En esos instantes, ha venido un leve recuerdo del sueño de mi descanso.
Seguía limpiando lentamente el espejo. Notaba una nueva erección. El sueño tomaba forma. En él, una bella mujer abría sus piernas para que le lamiera, con mi lengua íntegra, su sexo.
He mojado la toalla.
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