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2008Abecé para ser un poeta maldito
Hoy he leído este artículo de Ricardo Gómez López. Creo que resumen muy bieso eso de ser poeta maldito, auqneu por sus letras, yo lo dejaría, simplmente en poeta… tal vez, humano.
a]- se precipitan desnudos a la tormenta cotidiana, para luego caer de bruces vomitando ramilletes de rebeldes versos, despotricando a diestra y siniestra contra el inmundo mundo, sin estructuras ni "ismos" que entorpezcan su verborrea poética.
b]- tropiezan con el dinero de vez en cuando y se lo farrean en placeres paganos y en libros de colegas extranjeros.
c]- escriben hasta desangrar la tipiadora.
d]- de noche beben un vaso de vino largo como un suspiro de amanecida y después ruedan catre abajo para recoger sueños empolvados, pero nunca vencidos.
e]- se atreven a autopublicarse y después intentan vender sus ediciones a un amigo despistado, a un familiar solidario o a un transeúnte de las nubes, o, en un gesto sublime, se lo regalan a su musa de turno, a los ángeles o a una vecina exótica.
f]- se enamoran de la persona equivocada, intentan el matrimonio, hijos; trabajan como funcionarios públicos; se divorcian y se autoexilan en la soledad de una cárcel con cama, sin desestimar papel y lápiz, para trapear el seso con la idea del suicido.
g]- no compran automóviles, no usan corbata, no transan con la aristocracia, ni cometen adulterios políticos, y tampoco cierran la puerta a una lágrima nocturna.
h]- observan atónitos cómo la sociedad asesina a los que ellos aman, y luego cargan sus féretros al hombro, y caminan por el polvo que mañana seremos, hacia el cementerio del olvido.
i]- en la madrugadas visitan todos los bares de la ciudad hasta encontrar el vino perfecto.
j]- retratan en la luna su abecedario de nostalgias y aúllan hasta desprenderse de aquellas palabras que vibran con el canto del desencanto.
k]- buscan un mecenas para pernoctar bajo el hielo de una estrella que no les pertenece.
l]- dan cien vueltas al mapamundi para preguntarse mil veces: ¡qué cresta hago aquí!.
m]- viran el rostro desde la agresividad hacia la melancolía en un desesperado intento por frustrar la derrota total.
n]- leen poemas a sus mascotas preferidas: gatos, perros, canarios, misses inspiraciones, etc. y no cuestionan sus reacciones. Se niegan a reescribir sus textos aunque existan coincidencias críticas, [por fortuna estos receptores no suelen ser muy exigentes].
o]- visitan a un moribundo, le toman sus manos y le citan de memoria uno cuantos versos de algún poema del medioevo.
p]- bajan de los trenes antes de llegar a una lectura pública pactada en un sureño pueblo e improvisan, en una quinta de recreo, un recital para los parroquianos de un villorio abandonado -de tecnología pero no de poesía-, y remojan la garganta con pipeño del bueno para filosofar a la sombra de un parrón. Todo esto sin derramar sobre el mesón ninguna rima.
q]- alimentan sus estómagos sólo cuando las tripas gritan de humanidad.
r]- blasfeman, poéticamente, sobre la Justicia Divina, pero con el decoro que imponen las vísceras.
s]- sumergen la cabeza en agua de rosas y cogen con los dientes un verso que se ahoga en la memoria y le brindan aliento vital para que florezca en el próximo libro inédito.
t]- miran el mundo al revés y se ven caminando erguidos.
u]- amargan, de vez en cuando, la propia fatalidad, pero no avinagran el vino del que los ama, a pesar de su amalditada poética y cresta vida.
v]- los que no alcanzaron a suicidarse o morir de hambre antes del los 50, sueñan jubilarse a la sombra del Premio Nacional. Después de cumplir los 60, vuelven a renacer para, por fin, continuar escribiendo, ahora con la guatita llena de insatisfacciones.
w]- siguen amando al lobo porque no sabe lo que hace, o si lo sabe, le ponen un personal estéreo al músculo cardíaco y lo inducen a escuchar cantos gregorianos.
x]- en otoño auscultan los parques hasta encontrar la hoja seca -testigo de primavera- para que le muestre el derrotero por donde se les escurrió el ángel salvador.
y]- trepan por el Diccionario de la Real Academia, buscando los sinónimos de gorrionchelo y violondrina, los cuales después, definitivamente, desechan.
z]- mueren cuatro veces al año, o tal vez veinticinco horas al día, y sólo abren sus humedecidas pupilas para recontra renacer inéditos de sonrisas.
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