Origen

Cuaderno de bitácora: día 31

Al despertar, el tripulante nº1 no recordaba nada-. me ha preguntado qué hacía a su vera en la cápsula personal. Simplemente me he encogido de hombros. Le he indicado mi falta de lengua. Él se ha girado sobre sí mismo y ha seguido durmiendo. En cierta manera he respirado con alivio. No deseo compartir algo tan íntimo. Y me da asco pensar que otro pene rozará las finas capas del interior de mi especial parte de humanidad que guardo bajo las siete llaves de la eternidad.

Es egoismo puro. Sería capaz de matar por ella. Ahora lo sé. Mi reacción ante su intento, su sola sugerencia de compartirla, ha sacado de mi, esa fiera que todo ser humano, lleva dentro. El hombre es un lobo para el hombre. En el espacio ese instinto de supervivencia se agranda, se acrecienta. Vestigios de una lucha intestina. Mi reacción de hoy me ha retrotaído al origen del ser. Naturaleza frente a fuerza. Instinto frente a directiva.  

Allí volveremos a algún día. A la Tierra.