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2008La belleza del suicidio
Me llamo Robert C. Wiles. Soy inocente. Tal vez ella no debiera jamás de haber existido. Y si lo hizo fue porque sabría que viviría eternamente. No sólo en mi memoria. En la memoria colectiva de todos los suicidas de este Mundo. Ella, bella, muerta, sin vida, nos da la mejor lección. Somos carne y alma. Esos 21 gramos que separa la vida de la muerte. Y en la muerte aún se puede ser bella. Evelyn lo es. En la vida y en la muerte. En este caso, ni la muerte la ha podido separar. Un maridaje para la eternidad. Descanse en paz en las retinas de todos los que ahora miran cómo, en la muerte, la vida es bella. Y esta vida, pese a estar llena de muerte, es bellamente mortecina.
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En mayo de 1947, Evelyn McHale, de 23 años, se tiro al vacío desde el mirador situado en la planta 86 del Empire State Building (Nueva York, EEUU) tras ser dejada por su novio. Fue a caer sobre el techo de una limusina que en aquel momento estaba vacía. Evelyn dejo una nota de suicidio en la que escribió: "Él esta mucho mejor sin mi… Yo no seria una buena esposa para nadie". La mano izquierda de la chica, ya sin vida, parece acariciar su collar. Un estudiante de fotografía llamado Robert C. Wiles oyó el impacto, salió a la calle y tomó la instantánea que vemos. Fue publicada el 12 de mayo de 1947 en la portada de la revista norteamericana Life.
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