¿Cómo eres?

¿Cómo eres? descuidada, descabalada, desternillada, despelotada.

Eres un sol, un astro, un carbón que, apretado, se convierte en diamante. Eres caliente, vaporosa, ligera, ruidosa y algo mañanera. Rompes cristales, lavas vajillas y no te importa emborracharte con vino de cartón.

Eres tanguera, por el tango y por el tanga. Rojo, negro, blanco y crudo.

A mí el color, ¡me da igual! El de los ojos, el de la piel, el de las manos y hasta el del moño. Con o sin pelos. Si te quedaras calva, preguntaría por una peluca de pelos de loca. Y peluda, te cortaría con las tijeras de Eduardo para que, con la figura de la coronilla, hasta corrieras -con te y sin té-.

Y aún me pregunto, cómo eras antes de que te preguntara cómo eres.

Desnuda… ¿eras, eres o serás?