Apetejane

No sé si usted sabe que el escritor que piensa una historia y se pasa las horas en busca de palabras representa a los hombres y a las mujeres que se atreven a pedir tiempo para pensar en sus historias, en su vidas, en sus seres amados, en sus opiniones.

Los libros y nuestro tiempo – Luis García Montero

Marco no dejó de pensar como bautizar a Apetejane. Llevaba tres años peleándose con una vieja Olivetti que dejaba más manchas que letras. Sin embargo, el día que creía tenerlo todo perdido, apareció ella. Portaba un hermoso libro en la mano. El título, estampado en letras de oro. Le susurró en un tono, apenas audible: deja de mirar el reloj de pared y ven conmigo.

Tres días después hallaron el cuerpo de Marco en el fondo del patio interior de aquel destarlado edificio de viejas viviendas protegidas, con un folio en la mano. Su lectura no dejaba lugar a dudas: o-s-e-s-p-e-r-o-e-n-a-p-e-t-e-j-a-n-e.