Ahora soy capaz de observarte; una historia inacabada; una lata sin fondo; un miope sin gafas.

Un cuerpo, el tuyo,  que representa una infinita interrogación sobre el diván que aún permanece latente. Cogiste las alas de unas palabras para embarcarme en una melodía de noches elípticas y vino selvático.

Ojos de incalculable fórmula (loga)rítmica.

Emes que no muestran nada; manos que sólo nadan; bocas cosidas; labios que rehúyen ser vistos. Y al volverte a mirar, eres una enorme y griega sumergiéndote en una copa de bayón. Handle with care.

Y sin embargo, nos rompimos camino de Filipinas.

Como en todos los viajes, extraviamos nuestras almas. Y aquel aeropuerto que tenía nombre de ladrona, se tornó en una tormenta que inundó nuestra habitación…

                                                                                                                    hasta ahogarnos.

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¿Has leído el libro Ellas… mi liblog?