Campo

El tesoro de nuestro dormitorio se puede ver gratis en el museo de la esquina.

Aquella nota de escritorio prestado que me dejaste en la entradilla del hospital, se me quedó grabada para siempre en el reverso  de mis cristales de lejos.

Yo regresé al campo a cultivar las tres virtudes de forma ecológica. Sin abono. Los del pisverde, me licenciaron en respeto y equilibrio.

Hoy he recibido una carta tuya y un cheque con varios números. Al ir a cobrarlo al banco, me han dicho que era un número de teléfono.

Cuando he llamado, sonó el despertador.