Decía -más o menos- el escritor Sándor Márai -creo que ha sido referido en más de una ocasión en este rincón-  que cuando te hallas en un tesitura en tu vida, ella misma te coloca un libro entre las manos que te ayuda. Esta vez, no ha sido exactamente un libro.

Cuando hoy, por esos caminos que te traza la vida, te encuentras en la sala de espera de un hospital viendo caer la nieve a través de los cristales, y necesitas ocupar el tiempo, siempre hay un quisco cerca. Y hoy, ya que no había un ejemplar de Emprendedores -junto a Fotogramas, son mis revistas de lectura obligada mensual desde…-,  por casualidad he comprado -número de enero 2009- la edición española de la revista Esquire. ¡Qué acierto! No he dudado en suscribirme. La he devorado de cabo a rabo.

Dinámica, inteligente, útil, mostrando un panorama masculino – es una revista para hombres, dice- que no cae en excesos, ni frikadas, ni tendencias instantáneas. Me ha gustado y mucho. Y es que también ha dado la casualidad que dos personajes a los que les tengo especial admiración, eran parte de su contenido: Julio Anguita y Clint Eastwood.

Al margen de dedicarle algo más de tiempo crítico a la revista en otro post, me quedo con dos lapidarias de ambos protagonistas:

Julio Anguita: Vivimos inmersos en una cultura uy miserable, creda a través de medios de comunicación, del rechazo la inteligencia y el miedo a pensar.

Clint Eastwood: Las nuevas generaciones de jóvenes son bastantes quejicas, no nos engañemos. Ahora la gente le pregunta los niños cosas del tipo ‘¿Cómo estas llevando las cosas desde un punto psicológico?’ Antiguamente tan sólo apretabas el culo y tirabas hacia delante.

Mujeres inteligentes que quieran saber dónde está el listón para hombres inteligentes, ¡comprad(se)la!

Hombres inteligentes… no dejéis de leerla.