Oro rojo

Es cierto. Llevo una innumerable suma de días y de noches en los que nadie viene a verme.

Inspiración, la última vez que lo hizo, se limitó a besarme en los labios y conseguir que me corriera dos veces en menos de cinco minutos. Con su lengua aún entumecida, se despidió de mí. Así; sin más.

Sugestión, otra de mis amantes, antes de Navidad, se esfumó enviándome un enorme consolador con pilas alcalinas en una caja con adornos para la ocasión. ¡Por Reyes, córrete! Eso decía su escueto mensaje. 

Colecciono amantes y orgasmos. Corridas y más corridas. Pero nada que ver con mi ‘oro rojo’. Ya nada me importa para este nuevo año. Inspiraciones, Sugestiones, Sugerencias o todas las Musas corredoras pueden quedarse donde están… o irse.

A mí, ahora, ya me sobran.

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Foto: Ellevenses by Jamie Baldridge