Joe viene a verme. Me saluda. Sus dedos locos fingen rasgar unas invisibles cuerdas mientras un mástil ausente, dibuja círculos alcóholicos en un aire preñado de flores blancas. Cocker jodidamente irreverente que pides ayuda a tus amigos, sálvame de la horda de petardos gorrones que se beben hasta el agua de los floreros gracias a la etiqueta que llevo tatuada en mi trasero. Dice I.R.P.F. Inútil Reptil ¿te Pones para que te Follen? (ellos, los políticos, los sindicalistas, los vividores de lo público). Impúdicos.

Anoche soñé, bendita ilusión, que me iba de la piel de toro, que la han partido y se la han repartido. Dolorido, me levanté Joe y en memoria de Molotov, que en paz descanse, tras una larga calada verde, prendí mecha y ardieron todos. Luego me meé en la bandera, en los códigos e invité -barra libre- a los millones de penitentes que esperan cada día a que los gordos de arriba les llegue su San Martín democrático y electoral. Impúdicos.

P.A. (post anotación): La puta realidad me tiene agarrado por lo huevos. Y es tanto asco lo que siento que, antes de gastar vómitos en el wc, grito así.

Foto: Ash Sivils