La carretera apocalíptica

En un futuro no muy lejano, el hombre será un lobo para el hombre. Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit. Ya lo vatició Plauto y así es como lo plasma John Hillcoat en su apocalíptica pleícula The road, que sólo tiene un protagonista: Viggo Mortensen. El resto es pura decoración. La carretera -recurso recurrente sinónimo de vida, trayecto, aventura…- y la situación extrema en el que vive el protagonista es sólo la excusa para hacernos reflexionar sobre el egoísmo humano -tan humano- que llega a convertir a la raza en depredadora de sí misma. Y Viggo es un testigo de excepción que es consumido por esta miseria humana: no la material, sino la moral.  En una metáfora lineal Viggo -el hombre- busca el permanente perdón de alguien superior  -fe- defiendo con dos balas a su hijo -esperanza-, que al final hayará la salvación -caridad-, rodeado de protagonistas -todos- sin nombre.

Rodada en escenarios reales de Luisiana, Oregón y Pensilvania y bajo la batuta fotográfica de Javier Aguirresarobe, The road confirma que aún hay mucho que contar con actores tan versátiles y creíbles como Mortensen, alejado del papel de héroe anillesco, y más próximo al infiltrado en la espectacular Promesas del Este.

111 minutos que apenas dejan lugar a respirar con normalidad.