Estrange summer*

Diario IDEAL, 1 de septiembre 2010

Buenos Aires 2010. Así acaba el prólogo de Luis Benítez. Así de sencillo cierra una misiva un amigo poeta. Un poeta que se atreve a prologar a un aprendiz de no sé qué extraña virtud, como es la de escribir, que osa a cambiar el encefalograma plano por un estado hiperactivo crónico -un ‘yonki’ adictivo-, sea cual sea la estación del año. Hasta escribir poesía. Pero este verano, este extraño verano de 2010, invierno allá, ha sido tan diferente que apenas he escrito. Sin saberlo he hecho algo que sólo saben hacer unos pocos: vivir de las rentas. Por eso decidí, envuelto entre humedad, soledad y algo de decepción, rescatar poemas de otras épocas más creativas -tal vez más oscuras- de mi vida, configurada por el perfil de dientes de sierra en estos últimos cinco años y cerrar, así, ese ‘subebaja’ con un poemario que, ahora, no sé ni dónde, ni cómo, ni cuándo lo fui pariendo.

Luis Benítez, singular, excepcional y reconocidísimo poeta ha penetrado en él y afirma haber sentido un enorme puñetazo en sus tripas. ‘Droga dura’, afirma. Y eso que reconoce no haber escuchado muchas de las canciones que sirven de banda sonora, de guía auditiva a ese conjunto de palabras expresadas en -¿poesía?- algo parecido a la poesía. He cruzado el umbral de la valentía. Ahora sé que alguien, un día, hablará de mí cuando haya muerto, porque he sido valiente al dejarme juzgar por la enorme figura de un hombre grande -que no conozco físicamente-. Es la grandeza de la Red. Es la grandeza de un ser humano que ha sabido proyectar sobre mí su hercúlea sombra que lejos de pesar o vigilarme, ha plantado alas sobre mis cargadas espaldas, sobradas de muchas cosas -¿responsabilidades?-.

‘English words’, es el resumen de este verano. Un verano que sólo ha existido en el calendario. Una estación que sólo ha dejado sobre mí una broncínea presencia, mientras que exudaba pasado. Un pasado que está presente en estas palabras que coquetean, precisamente, con el tiempo. Luis así lo ha visto. Luis ve mucho más que yo. Y encima me asigna un desconocimiento de mi propia obra que me hace ser más intrascendente aún de lo que creo ser. ¿Seré? No lo sé. Él parece que sí. Lo sabe. Lo afirma. Me saca los colores. Sin vergüenza. El, escrito. Yo… ignorante de todo. O sabiondo de nada.

El me ha escrito desde Buenos Aires, querido. Yo he recibido sus letras desde Torredelmar, playa de ‘jaenitas’ y ‘cordobesanos’. Allá, la avenida de la Libertad. Aquí paseo, chanclas y playa guarra. El, congelado. Yo, asfixiado. ¿No? Pues todo eso y más en sus letras, en su prólogo, en su obra. El resto, en este verano. Un verano extraño. Gracias Luis. Nos debemos una enorme borrachera… ¡de vino!

*P.A.: Luis Benítez (Buenos Aires 1956), afamado poeta argentino, escribe ‘La canción sin final’, prólogo a ‘English words’, poemario que verá la luz en septiembre, en edición digital. Esta columna titulada ‘Estrange summer’ será el praefacio del mismo. Con permiso de todos he querido adelantarlo a los lectores de diario IDEAL. Para ellos, en realidad, es para quienes he escrito sólo este verano.