Dic
21
2010Una extraña Navidad
A nadie le gusta estar colgada. Y mucho menos estarlo siempre a temperaturas casi extrema… ¡a punto de estallar! Hay jornadas agotadoras. Repletas de humo de habanos que me dejan el aliento con sabor a carroña fronteriza.
He visto a las gentes bailar, como se engañan o como el ‘bigotes’ de la mesa 14 le metía mano a su querida, delante de la sufrida esposa.
Es lo que tiene ser lámpara. No una lámpara cualquiera. Sino una gran lámpara de araña.
Sin embargo este año, en esta Navidad, me han dejado descansar. Y sin apenas respiración, llevos horas oyendo jadeos.
¡Anda jadeo, jadeo que ya empieza el tiroteo, que ya empieza el tiroteo…!
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