Locuras pasajeras

Diario IDEAL 26 enero 2011

¡Estás loco! ¿Quién va a querer leer un libro digital? Estas dos frases fueron las que más oí cuando a lo largo del año 2003 le daba forma a una idea que venía a solventar, en cierta manera, un problema personal: la necesidad de publicar lo que estaba escribiendo y que, los lectores, juzgaran si aquello merecía la pena o por el contrario, debía dedicarme a otras cosas. Fue aquello lo que me llevó a crear definitivamente en enero de 2004, Publicatuslibros.com, el primer editor literario digital que nacía en Internet y sólo para Internet.

Hoy, muchas cosas han cambiado. Curiosamente nadie discute la utilidad de la Red, casi nadie que sepa de qué va esta vaina, debe dudar sobre a protección de sus derechos de autor, casi todos los creadores tienen o usan algún medio para difundir sus obras, ya sea blogs, ‘microblogging’ o ‘sites’ más o menos corporativas, y lo mejor de todo, es que todos saben qué es un libro digital.

Lo que en el año 2003 era una locura, una pérdida de tiempo y dinero, es hoy una realidad que a nadie se le escapa. Cierto que gran culpa de ello lo tiene los famosos ereaders o lectores de libros digitales que han permitido que esas obras saltee del pc o la impresora a esos soportes o a los mismísimos teléfonos móviles con aparatos y aplicaciones de última generación.

Sin embargo hay algo que permanece inalterable; su objetivo, su filosofía. La universalización del acceso a la literatura me pareció que debía ser el origen de todo y así sigue. Jamás busqué el lucro con este proyecto. Por eso perdura. No hay rentabilidad económica. Todo es gratuito en Publicatuslibros.com y los autores cuelgan ahí sus obras bajo la licencia de los ‘creative commons’. Comparte y crecerás. Es mi idea de Internet. Los negocios vienen por otros derroteros. Pero si quiero que el escritor ‘en potencia’ sea un escritor ‘de hecho’ y pase a ser una realidad ante los ojos de las personas debe ser leído. Y ahí es donde, después de tantos años, seguimos cumpliendo con nuestra tarea tan endiabladamente filantrópica -por cierto, nada de moda ya que lo que se busca hoy de forma inmediata es el rédito, la rentabilidad…-.

Como ves querido lector, la pólvora hace muchos años que se descubrió. Ahora que aparecen legionarios de lo digital atribuyéndose paternidades de criaturas con apenas horas de vida, hay caras de la otra realidad, que de forma silenciosa han trazado una larga y sólida trayectoria conjugando lo digital con lo tangible, con lo real. Es la clave del éxito de todo proyecto. Ya nada es sólo offline, o todo online.

Pero sigo pensando que pese a todo este tiempo transcurrido, con, tal vez, demasiados tropiezos, me reconforta mucho al detenerme y hacer algo de memoria. Haber convertido en seres tangibles a más de 200 autores, con nombres y apellidos, no es algo que suceda de forma repentina. Aquí no hay ni trampa ni cartón. No hay pelotazo. No hay medallas. Sólo trabajo.

Sería injusto por mi parte acabar esta columna sin citara a Celeste y David que, desde septiembre de 2005, le dieron a nuestros editor literario digital el impulso necesario para seguir navegando hasta nuestros días y, pese que el Canal de la Mancha existe, seguro que de una forma u otra esta letras, les llegan.

Así que ahora que has leído esta columna ¿por qué no das el paso y publicas con nosotros? Total, escribir es, al fin y al cabo, un ejercicio de locura pasajera. ¡Bendita locura!