Diario IDEAL, 11 mayo 2011

Podría empezar esta columna de forma virulenta o complaciente. Pero sinceramente, enfrentado al texto no sé cómo saldrá. Ya está Jaén y todo su provincia abducida por la celebración de la bienal del aceite de oliva. O sea Expoliva. Lo que comenzó siendo una feria de industrias auxiliares, hoy es -o debería ser- el gran escaparate donde la provincia -sobre todo- y el sector, mostraran lo mejor. No dudo que la provincia lo hará. ¿Pero el sector?

No doy crédito como algunas personas se jactan de que somos la capital mundial del aceite de oliva y permiten, por ejemplo que cada día, cuando se le sirven las tostadas con tomate, aceptan esas asquerosas aceiteras que sonrojan al más pintado. Y si preguntas… ni puta idea de lo que hay en ese recipiente. Jaén, capital mundial del aceite de oliva, es una ciudad que da la espalda a su producto y por ende está repleta de ignorantes que no les preocupa lo más mínimo qué pase con su oro líquido. Total todos tienen un hermano, un primo, un tito que tiene aceite de una almazara.

Mi buen amigo Miguel me dijo el otro día que su cooperativa le había liquidado su aceite a 1,57 euros/kilo. Para mear y no echar gota. O sea, que somos la capital mundial del negocio ruinoso traspasado a los listos que vienen por aquí, se lo llevan, lo mezclan y lo venden, por ejemplo, como reclamo en grandes superficies.. ¡a pérdidas!, para que, ciudadanos tan aceiteros como los que viven en esta capital mundial, lo compren sin rechistar. Y no pasa nada. Sacamos pechito y decimos ¡joé lo que sabemos de aceite! La ignorancia siempre fue muy atrevida.

Es alabable el esfuerzo de los que vienen a una feria como Expoliva, pero desde luego es impresentable que ese esfuerzo no sea recompensando con una actitud, la de la capital mundial, que defendiera a capa y espada, lo mejor de sus entrañas.

¿Hay algún resquicio del producto en la capital mundial una vez acabada Expoliva? Los capitalinos mundialosos, como he dicho, lo obvian, lo olvidan y hasta, pasan de él. ¿Alguien se ha dado una vueltecita por Almería? Habrá visto como en sus calles, parece que una famosa marca de virgen extra lo haya patrocinado todo. Aquí, nada de nada. Total somos lo que más sabemos de aceite aunque no estén dando gato por libre en todas y cada uno de esos recipientes pringosos que cada mañana usamos para vertir un líquido al que llamamos aceite de oliva y podría ser meado de gato.

No me cansaré de pedir y exigir que dignifiquemos lo que tenemos. Y debemos dar ejemplo. No justificarnos con la celebración cada dos años de una feria si luego poco más hacemos. Si todas las almazaras de la provincia de Jaén, exportaran todos sus productos, a tomar viento los precios y las manipulaciones. Seríamos dueños de nuestro destino y productos. Pero para eso hace falta ser profesionales y pensar como tales. Invertir, formarse, hablar idiomas, y sobre todo, saber -y esforzarse por- vender. Si esto pasara, desde luego, las hostelería, gran espejo en el que se miran los visitantes y turistas, habría hecho ya hace años una limpieza étnica de esos ‘botajos’ asquerosos y repugnantes. Demos ejemplo. Por la dignificación de nuestro virgen extra. Pocos pueden presumir de tener una capital mundial de algo.

Por ahora aquí lo intentamos, pero somos bastantes cutres.