Diario IDEAL, 29 junio 2011

Después de todas estas semanas de intensa actividad, donde desde esta ventana abierta a la libertad me he permitido el lujo de ejercerla, dando muchas veces rienda suelta a todas y cada una de las caras -o partes- que componen mi ser, ha llegado la hora de parar y descansar. Parar y descansar; no dejar de pensar y crear.

Por eso me parece interesante que lejos de abandonar esta columna, lo que el cuerpo me pide -y me apetece- para las próximas ocho semanas correspondientes al mes de julio y agosto, es sustituir el análisis, la reflexión, cabreo, alborozo o energía emprendedora, por la otra parte que, estando dentro de mí, hace tiempo que no saco. Me refiero a la más literaria.

He pensado recuperar aquellas costumbre que llevé la práctica en el verano de 2009, donde cada día, después de comer y tras una lectura pormenorizada de un periódico diferente -para no ser acusado de monocolor- creaba una historia breve alrededor de una noticia que me hubiera llamado la atención esa mañana. Como resultado, junté toda una serie de relatos breves que un día espero publicar. De esta forma intentaré que cuando te asomes a la página donde leas ‘Vagamundos’, intuyas, supongas o imagines en qué historia real está basada la columna de ese miércoles. Es un juego interesante que creo, liberará la mente del que está aquí y del que está allí.

Como seguro que la realidad diaria me da para mucho, procuraré que el contenido sea variado, divertido, triste, melancólico, híperrealista… etc. o todos aquellos epítetos que se te ocurra colocar, hasta soberanamente aburrido. Juego con la ventaja de que en un A4 el personal no puede caer en el bostezo pero, desde luego, agudizaré el ingenio por activa y por pasiva. Total, ZP se va y Alf se queda; Rajoy va a ganar; Griñán dará la alternativa a Arenas y España será intervenida – o casi-. De todo esto sólo hay que saber cuándo pasará. Los actores y actrices están más que colocados y colocadas -hasta las que han perdido elecciones y ‘eleccionas’- . Pero creo que en los próximos dos meses, todos nos merecemos un descanso perdiendo de vista sus jetas construidas a base de hormigón especulador y tranviario que nos ha dejado al borde de la ruina -y ruino-. Esta maldita tendencia eufemística de lo políticamente correcto es de lo más cateto/cateta. ¡Ag!

Espero y deseo que este juego malabar le guste a la dirección de esta santa casa que seguro se siente liberada al verme más literario y menos metedor del dedo en el ojo; eso sí… si hablamos del ojo trasero, cuidadín que nos pasamos de frenada y viene el correspondiente tirón de orejas. Prometo ser aplicado.

El mar tiene este efecto terapéutico y desde luego, la imaginación se siente motivada con tanta ola, cremita, bikini y hasta topless tanguero por proa y popa. Desde luego ocho semanas para darle culto a la mente. El crítico se despide. Y llega el sosegado amasador de sueños veraniegos, más húmedos y calientes de acuerdo a los días que corren.

De todas formas ya se sabe: si quieres una revolución, no contrates a un banquero; busca a un poeta.