05
2011Summer Horror Show o Pajín en bikini
Si ya los biorritmos los tenemos más que alterados con calores y sofocones veraniegos, la prensa nos pone a cavilar cuando vemos a nuestras políticas bikineando por las tierras patrias.
Tal ha sido el éxito de la Ministra de Sanidad española, llamada Leire Pajín, que según dicen se convirtió por unas hora en el TT (Trending Topic) de Twitter. No se ha visto en otra. O no se verá en otra.
No voy a centrame en si la dimensión corporal de la Ministra es o no adecuado para el cargo que ocupa y su lucimiento bikinil. Me ceñiré al dresscode de esta señorita que parece recién salida de un asentamiento neohippy de San José -que me perdonen los neohippies y los de San José-, pero es que no tiene desperdicio.
La Señora Ministra evidencia una manifiesta poca habitualidad a la práctica deportiva. Y aquí me paro porque no es sano. Nada sano.
Como decía, su dresscode deja como reina de la noche a cualquier british hija de los fishandchips que estos días, subida en litros de birrita, se deje mecer por las olas mediterráneas.
El color del bikini es manifiestamente feo. Ese tono berenjena hace que sus níveas y curvilíneas carnes se destaquen mucho más. Es de sobra conocido que para los cuerpos salerosos como el de la Sra Pajín, le son más óptimos aquellos que lucen motivos florales porque dismimulan más los cortes de color, camuflándolos con el horizonte.
El top -siempre preferimos el de cortinilla-, con más de un metro de tiranta, es de una finura muy discutible. Ese corazón que sujeta el final de la citada tiranta evidencia una tensión mamaria provocada por el efecto ‘atracción terráquea’. Nada cool.
Su braguita, de un ancho de dudoso gusto, añade disfuncionalidad al conjunto. Apostamos seriamente por la braguita de nudos que se puede adaptar a los centímetros de cintura de su porteadora, evitándose así el más que evidente y poco estético ‘saltito de lorcita ombliguera’ que sobresale por encima de la gomita de las braguitas de la mencionada lideresa política de Benidorm.
Y rematando el conjunto ‘catedral al mal gusto’, se corona una cinta tribal que coloca a su titular en la línea directa de sanguinidad con el cantante de El Arrebato.
Hecho de menos el estilazo de la ViceVogue que aunque lucía una secura casi extrema, sus bikinis para su edad, le sentaban, porque los portaba, de maravilla.
Me barrunto que la Ministra de Economía, nunca en bikini -seguro-, lucirá el bañador y el pareo con más arte y glamour que esta Princesa de Churerría, con todos mis respetos a todas las princesas y a todos los churreros.
Comentarios recientes