Diario iDEAL, 2 noviembre 2011

Apenas la prensa nos da tregua. Me empeñé desde este verano en hacer caso omiso a las intoxicación informativa que desde todos los medios nos lanzan a diario sobre esta puta crisis, al objeto de intentar quedarme justo de lado y que no me mirara mucho, sobre todo porque todo lo que tiene de puta la tiene de política.

Esta mañana se me ha ocurrido irme a dar una visual por las portadas de los periódicos de papel en un kiosko. El efecto ha sido desolador. El número 0… el cero, o ‘zero’ progre, es el que preña todas las portadas sin distinción. Un ‘zero’ que tiene un autor intelectual, varios coautores y una gran muerta, que es ‘España/17’, como ya se conoce por otras latitudes a un país que se ha descuartizado.

Me alegro de que el 20N esté a tiro de piedra. Pero me da mucha pena saber que Rajoy, lo haga como lo haga, tendrá todo en su contra, sobre todo al sector de la ‘Izquierda perfumada’ de este país que se ampara bajos siglas sindicales que está deseando salir a la calle con sus motosierras ideológicas e imputar al futuro gobierno del PP -ya no es reversible- que la puta crisis la ha criado Merkel a sus pechos y ahora se la trajina Rajoy en perjuicio de los ‘trabajadores’. Auguro un 2012 agitadísimo.

Esta ‘Izquierda perfumada’ amante de los grandes boatos, lujos, puros, yates, cacerías, colegios privados, restaurantes de 5 tenedores, coches oficiales, ‘convolutos’ gasolineros, ere’s, etc., nos deja una economía con un crecimiento ‘zero’, curiosamente con Z, letra que luce lo mejorcito de cada casa que, en estos siete años, nos dejan 5 millones de parados, y en Andalucía, una tasa de desempleo del 30%. Y es que el turismo no suma. Y en Jaén, la Zimbauwe de Europa, disfrutamos ya una tasa de paro superior al 31%, justo el panorama idílico que deseo para el futuro de mis hijos, que deja en pura mierda el 3,5% de desempleo austriaco, por ejemplo. Ellos lo hacen fatal. Aquí es donde lo hacemos de huevos. Somos tan cojonudos que así nos luce el pelo, el que tiene claro.

Lamento hoy estar muy cabreado e indignado. Me duele lo que veo. ¿Pero qué más da lo que diga o sienta, si no hay ánimos de que esto cambie empezando por cada uno de nosotros? Estoy cansando de oír la misma conversación desde 2008, al norte, al sur, al este y al oeste. Pero nadie, aparentemente, hace nada por que cambie. ¿No puede? ¿No quiere? No lo sé. Reconozco que cada día estoy más y más despistado, perdido, sin rumbo. No llego a entender por qué no está comiendo este cáncer si luego, al salir al extranjero, somos los más educados, los más productivos, los más disciplinados… Nos atrevemos a importar costumbres tan anglosajonas como Halloween, pero no estamos dispuestos a traernos productividades, horarios, contratos, empleos, empresas, salarios o empresarios de corte anglosajón.

Aquí nos va lo de corte marxista. Y si no lee algunos libros de EPC -Educación Para la Ciudadanía- que tildan a los empresarios de avaros y contaminadores y colocan a los trabajadores como clase explotada que se librará de sus yugos gracias la revolución. ¡Maldita sea! ¡si eso ha llevado a la miseria -al exterminio y muerte- a millones de hombres y mujeres! ¡Cómo nos dejamos manipular por ese discurso!

Tampoco sé de qué me extraño, si cada vez que hay elecciones, esta Izquierda ruinosa nos saca una y otra vez los muertos de la Guerra Civil. Hoy, 1 de noviembre, no se me ocurre otra cosa que pedir que nadie vote al PSOE en las próximas elecciones. Con este ‘Zero Zapatero’ que hoy se dibuja en todas las portadas de los periódicos, tenemos bastante castigo, penitencia y dolor.

Aunque sólo sea por dignidad de ciudadan@ del siglo XXI.