Ayer domingo, por fin, parte del team LLévamepronto quedábamos para correr juntos y empezara retomar nuestra actividad social-deportiva después de unas semanas rodeadas de viajes, trabajo, enfermedades, etc, que nos habían enfriado un poquito. Pero ayer, con unos tuits, quedamos en Cercedilla para subir la Fuenfría.

Debo reconocer que la ruta no me gusta mucho porque siempre que la he hecho he acabado con algún percance: rozaduras, rodillas destrozadas, cansancio extremo, etc. Sin embargo,  ayer me daba la sensanción de estar, de los tres -Pedro @zampus y Alberto @makotogim-, mejor que ellos -modestamente-.

Pero como ya va siendo uno perro viejo, decidí no salir como vaquilla novata y me apresuré a tomar la posición de vaca toreá y subimos a ritmo los tres sobre todo, porque el camino estaba lleno de hielo y nieve. ¡Qué gozada!

La subidita ya es conocida, pero desde el mirador de Vicente Aleixandre todo se vuelve más especatular y bello. A los 10,47 kms coronamos la Fuenfría para envidia de algunos ciclistas que decían ¡coño estos eran los que subían corriendo y nos han adelantado! y el personal que se engorila y se viene arriba.

Foto. Descansillo. Traguito. Pedro nos convence para atrochar -me acojono y pienso en mi rodilla izquierda-. Sin embargo este buen estado de forma que tengo ahora -y una subida más controlada-, me permitió realizar unas de las bajadas más bonitas de las que he realizado hasta ahora.

Resbalones en la nieve, enganches en los árboles, tropezones y recuperada la senda de la pista que nos llevaba a Cercedilla, bajada a tumba abierta.

Al final 15:54 kms en 1:37:28 y una cervecita para celebrar el reencuentro y una salida bellísima.