Diario IDEAL, 7 marzo 2012

Con el permiso de Urbizu, su director he preferido usar este sistema para hablar de la peli ‘No habrá paz para los malvados’ el excelente film que ha dirigido en el que su ‘prota’, un inmenso José Coronado, me ha cautivado este pasado fin de semana.

Entre las locuras de Salón de Gourmets, donde me hallo esta semana, quiero aprovechar esta semana para hacer una reflexión sobre la cantidad de bondades que nos aporta este película que, por fin, remata la buena senda que ha elegido el depauperado cine español, alejado por fin del pancarterismo del ‘no a la guerra’ y ha optado por interiorizar la idea de que se trata de una ‘industria’. Es decir, que hay que vender para ingresar y no vivir del dinero que tan bien regalado se llevaba el ‘clan de la zeja’ dirigidos siempre por ilustres bolcheviques de Gucci que eligen los mejores hospitales judíos de EEUU para traer a sus vástagos al mundo por ejemplo.

Y es que Urbizu, como ha sido Monzón, Fresnadillo o el mismísimo Rodrigo Cortés, ha optado por montar películas de una evidente calidad y que es capaz de competir en los cines con las cintas americanas, planteando buenas propuestas, muye lejos ellas, de la casposidad ‘torrentiana’ que en su vis de ‘mesacamilla de maridelmonte en canalsur’, representa lo más cutre de nuestro país y, poco a poco, va configurando un nuevo panorama que consigue llevar espectadores a las salas. No se ha salvado en España, ‘Blacktron’ de Mateo Gil que , sin embargo, ha salvado la producción, gracias al tirón comercial que la cinta ha tenido en el extranjero. El western en USA sigue siendo un género épico, lo haga Huston, Ford, Eastwood o el citado Gil. Prometo verla.

Pero regresando a NHPLM he descubierto una especie de reinterpretación de los films de los hermanos Cohen con toques del maestro Clint que consigue que Coronado, al que le va como anillo el dedo el papel de poli terminal-exterminador, como en su día Tosar -en su papel de Malamadre-, llene la pantalla con una historia en la que ‘el miedo’ hace de secundario dejando en el aire la amenaza del siglo XXI de los extremistas a los que su dios llama por teléfono y nos vuelan por los aires importándoles una mierda que mueran niños, mujeres, ancianos o gentes de buena voluntad, sólo por ser infieles.

La historia tiene gancho con un arranque demoledor donde sobran los motivos. El olor a pólvora llega hasta las butacas y el espectador se ve implicado en una historia con final impredecible que nos deja aún más acojonados.

Madrid hace de testigo muda y la cantante de ‘De la fe y las flores azules’, Helena Miquel, sorprende en su papel de juez intentando desvelar los tejemanejes policiales custodiada por los actores Juanjo Artero y Pedro María Sánchez – sorprendentemente viejo y obeso- que cierran un círculo que está pidiendo a gritos su clon ‘made in Hollywood’, por buena, por excelente y por española.

NHPLM me ha hecho innecesario pensar en Amenábar o Almodóvar. Me consta que tenemos gente que curra y que hace pelis tan buenas como las citadas. Y los actores españoles, con buena mano, son capaces de dejar de hacer mierdones y despelotes innecesarios para trazar con muy buen criterio interpretaciones dignas de ser merecedoras de unos Goya que, parece, entiende también lo de la ‘industria’.

Con ejemplos de NHPLM uno siente que los ocho eurazos y pico que te gastas en la entrada, están más que bien invertidos. Porque es Cultura. Con mayúsculas. La magia del cine es insuperable.

Y con estas cintas no hay pirateo que aguante.