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2013Be international!
Diario IDEAL, 17 abril 2013
Llevamos ya varios meses de este año 2013 y, pese a las malas cifras que seguimos ofreciendo como país, como autonomía y como provincia -con ese lastre de más de un 40% de paro-, lo único que parece que no falla, es el turismo y las exportaciones. Ambos parámetros tienen un nexo común: ser internacional.
El turismo porque, si algo tenemos nosotros frente al resto de países no mediterráneos, es sol y playa. No sé cuántos intentos he realizado ya para traer grupos de extranjeros a nuestra zona de producción con el afán de mostrar gastronomía e historia. En todos los intentos he fracasado. Y he fracasado porque los europeos, más del norte, más del este o más de donde sean, medio comen bien en sus respectivos países y desde luego, en todo ellos, tienen piedras con muchos siglos encima. Por tanto ganar al extranjero sólo por la barriga o la historia, se torna complicado. ¿Por qué? Porque ellos que efectivamente en España se come de maravilla. Tenemos una historia de la que podemos sentirnos orgullosos (en el siglo XVI no se ponía en sol en nuestros territorios), pero, aquí viene la cuestión, tenemos sol y playa, algo que ni un danés, holandés, belga, polaco, finés, o sueco tienen en sus respectivos y prósperos países de origen. Por tanto hay que seguir estudiando y mejorando la forma de mezclar ambas cosas y poder, al menos desde nuestra provincia, combinar estos ingredientes.
Pero unido a esto y enlazando con las exportaciones, nos damos cuenta, cuando salimos al extranjero que la marca España, sí España, sin ambages, sin complejos y sin estaditos diminutos, goza de una salud de hierro. España gusta y vende en el extranjero, sea norte sur, este u oeste. Días pasados estuve en un seminario práctico sobre EEUU. Curiosamente allí se busca y gusta la creatividad española. Sin dudarlo. En Gran Bretaña o Alemania, los trabajadores cualificados españoles gozan de un prestigio inigualable y en China, los consumidores buscan los colores de nuestra bandera nacional para saber qué producto elegir. Lo español es bueno, de calidad, dicen. Pero es que en Bolivia o Perú donde abunda el aceite argentino, por ejemplo, prefiere, quieren, desean el aceite español porque saben que es el mejor del mundo. Ahí hay dos mercados muy importantes a conquistar. Lo digo y lo afirmo. Tomen nota los vendedores.
Y es que España sigue estando de moda en el extranjero. No podemos llevar sol y playa, pero en nuestra exportaciones el sello de calidad, garantía, excelencia, bien y buen hacer, van implícitos en nuestros colores patrios. Sí, lo rancio y demodé en pretender que un señor a 15.000 kilómetros conozca tu terruño pedido en el condado o comarca de ‘apetejane’. Mal que nos pese, y cada día más, España está de moda en el extranjero.
Sin embargo si hoy se tuviera que descubrir América, no sería un español el que lo hiciera. Estamos cojos, mancos, tuertos por no decir huérfanos del más mínimo sentido sel ser y sentirse internacionales. Que sí, que España es la campeona del mundo, pero que los españoles somos los campeones del mundo al acojone a salir a vender al extranjero. Estudiamos inglés, sí. Pero no hablamos inglés. Y sacamos fuera nuestros complejos territoriales falsos, artificiales y creados por el destructivo ‘políticamente correcto’ volviéndonos casi invisibles porque lo español es invisible en nuestra propia tierra.
Generalizar es erróneo. Claro que es erróneo. Ya hay demasiados ejemplos de lo contrario. Unos por pasión y otros por obligación. Pero estamos muy lejos de las fuerzas exportadoras de otros competidores en los que tenemos que sentirnos reflejados. Que me perdonen pero no quiero mirarme en el espejo de otros países que no sean Alemania, Finlandia, Gran Bretaña o EEUU, entre otros. Además los americanos tiene sol y playa como nosotros.
Pese a ello los español, tiene su punto exclusivo y diferente que nos hace, en el fondo, ser la envidia en muchas cosas para todos los que nos ven desde ahí fuera. Algo que no parece todavía cuajar. En la era del 2.0, de Internet, de las redes sociales, ser internacional y proyectar una imagen internacional es mucho más sencillo que gastar fuerzas y energías en socializar nuestra pertenencia a la boina, lo bonito que es nuestro ombligo o dilapidar dinero público en banderitas e himnitos que ayuden a fragmentar aún más lo poco común que tenemos.
La singularidad de territorios, costumbres, usos, normas es algo que es de sobra conocido en casi todos los países del mundo. Nada tiene que ver un señor de Tampa con uno de Seattle, de Southampton a uno de Aberdeen, ni de Cracovia con uno de Gdansk, ni siquiera uno de San Pedro Sula con uno de Tegucigalpa. Pero todos saben de dónde son.
Ojalá que esta crisis nos deje bien claro quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Lo común es la fuerza. Lo que nos hace indestructibles. Lo que siempre suma. Seamos más internacionales pero sin olvidar que somos España. #Spain
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