Orgasmea maldita

 

Llegan las marmoladas.

Pesan como mármoles. Mármoles de Macael.

Marmóleas sensaciones de tener un vacío tan frío como el mismo mármol.

Por eso, ahora, que ves como se agota tu tiempo, me escribes para hablarme de las marmoladas.

Y no me queda más remedio que, usando mi dedo, decirte: ¡osgasmea maldita, orgasmea!