Apenas si pude esperar a que ella cruzara la calle. Llovía. Llovía mucho. Nueva York es así. Hay mucho de todo. Personas, coches, ruido. Ella sólo lleva unas chanclas. Los pies desnudos. Me fascinan los pies desnudos de una mujer. Es la mejor manera de pensar que, efectivamente, estamos unidos a la tierra. Cuerpo y alma, pegados al suelo a través de nuestros pies desnudos. Como nos traen al mundo. Y como deberíamos irnos de él también.

En ese momento, el amarillo de NY se vuelve, por fracciones de segundo en azul.  Y resuena Electron Blue de REM en mi susbconsciente. Mientras, los taxistas miran el tiempo pasar. Me detengo en medio de la calle y disparo. Ella, descalza, mojada, ajena a la escena, continñua caminando por las calles de la Gran Manzana. Y me pregunto si se sentirá amada, querida, deseada… Porque en lo que dura mi disparo, yo la amo, la quiero y la deseo. Así se queda atrapada, aquí, para siempre.

Somewhere in New York (July 2015)