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2011Aburrirse viene de aburrarse (II)
Siempre ha sido así. Por eso nunca he dejado de querer saber un poco más aunque eso supusiera saber cada día menos. En 1995 Alfonso Sánchez Hererra me echó de la lista a las municipales. ‘Es peligroso’, dijo. ‘Incontrolable’, afirmó. Me hizo un gigantesco favor. Hace más de 17 años que no deposito en Andalucía una papeleta con el pajarito. En 2011, no lo haré. Me sobran los motivos. Por eso no me aburro cuando hablo de ‘Política’. El partido, en la izquierda; en la derecha, el líder. Arenas, el presidente, es un señoritingo andaluz demodé rodeado de palmeros que le inflan el ego embutidos en camisas a rayas. Qué pena de Andalucía. Han cambiado su olor a sal, sol y jazmines, por vómitos, estiércol y muertos en el armario. Por eso hago mías las palabras de Sánchez Ferlosio… sigo odiando España, Andalucía, Jaén, como todo ciudadano debe odiar a su país, a su región, a su ciudad. Prefiero vivir de pie en libertad que de rodillas con la ideología metida por el culo. Gracias mamá partido. Gracias papá alcalde. La casta está asegurada. Por eso hay tanta mala educación. Si no mira la batalla cainita que existe en la cuidad entre la izquierda cultural y la izquierda política. Ahora destapan sus agrios ataques de cuernos en las redes sociales. ¡Más mierda! Y encima Solar les ha dado alas al contar las miserias en la derecha. ¡Qué poca memoria! Lombardo, Peragón, Solar… fichas caídas en el dominó que parte y reparte Fdez. De Moya que espera sentado para recoger la túnica ‘jiennesina’. A Carmen (P) Peñalver la dan por amortizada en su propio partido. Pero descuida caro lector: no volveré a meterme más en la política local, porque me aburre soberanamente. Sí, me ‘emburro’ con este pesebre. La columna de hoy es para despistar y hacer señales de humo de auxilio.
También sé escribir para aquellos a los que les faltan cojones para denunciar este ascazo generalizado que se siente. La ideología hace mucho daño en el recto. En EEUU si coloco la bandera al revés saben lo que significa. Aquí no.
Sirva esta despedida para gritar, una vez más, S.O.S.
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