Agua blanca

Nace ininterrumpidamente en el tiempo. Siempre está ahí.

Salada, ácida, amarga, dulcilínea, metálica…

Caliente, fría. En piernas, taladra. En boca, quema. Sana las heridas.

Hermosa fuente que es detestada y es amada; odiada y amputada.

Fijación oral.

Y a la hora de recoger, moja intempestivamente kleenex, manos, labios, sábanas…