Anticristo: sexo, pecado y otros dolores

Como quiera que ando algo escaso de inspiración, voy a relatar en forma de pseudo crítica de la peli de Lars Von Trier, Anticristo, que me empapé la otra noche. El director reconoció que la rodó saliendo aún de su depresión. Con un prólogo que ya te pone en situación, el desarrollo restante es un camino hacia la locura, por el excesivo peso de la culpa.

Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg, pareja protagonista y exclusiva del film, se meten en un tour de force que acaban con un final que roza lo apocalíptico, pero pensado en frío, casi lógico. Cuando todo está a punto de acabar, o te hundes o te revuelves llevándote por delante al más pintao. Es pura naturaleza humana.

Esta poética película, nos regala una fotografía excelente, ausente de calidez alguna -por más escenas de sexo que haya-  y escenas, alguna de ellas, que hace que te agarres al sillón.

Ví fotogramas de Misery, e incluso, por el actor, escenas de la Última tentación de Cristo, y cómo no de La Pianista de Haneke. Hay un pecado original: el sexo. Y desde ahí, arrastrar hasta la locura, la culpa por ese pecado original -algo muy vinculado a nuestra tradición judeo cristiana- y parte del hilo argumental también de la peli de Haneke.

Hay que verla sin prejuicios y viendo más allá de lo que aparece en pantalla. Durante sus 104 minutos te oyes los latidos del corazón.