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2007Carta a un niño de nueve años
Querido Fernando:
Hoy, hace nueve años que te vi la cara por primera vez. La noche se antojó tormentosa y ayudabas a tu madre al son de los truenos que aquella noche decidieron componer para tí una sinfonía de bienvenida. La mañana aún fue larga… y más calurosa si cabe. Tú no decidías salir y pese a las contracciones, epidurales, guturales, clavicornios, trombones y palillos, te esperaste hasta pasadas las cuatro de la tarde para enseñarme tu boca, tus ojos… todo tú.
Saliste a trancas y barrancas… a empellones, achuchones, medio asfixiado y con ganas de comerte el mundo. Te mandaron a una quesera porque flojeabas en el arte de respirar; pero el calor de aquella lámpara marciana y los azotes de Luis, hicieron que levantaras tus manos de alien… dedos larguísimos… para arañarle a la vida y dedir: "aquí estoy y no me voy. Vine a conoceros". Y eso que me reía por tu cabeza que la asemejaba a Induráin con su caso de ciclista… es la bondad maliciosa de un padre novato.
Eres un tipo bonachón, campechano, sensible, grandullón… miras transparente con esos ojos llenos como la luna, de luz, energía y ganas de comer. Ahora sé lo que es la intendencia en una despensa.
Llevo 3285 días contigo y parece que tan sólo llevo uno. En estos 108 meses has viajado conmigo desde el sur de Lanzarote, pasando por Zahara de los Atunes, hasta llegar al norte, por Londres; has decansado en mi "barriga" en Jaén, a mis pies en Zurich o te has dejado acariciar la mejilla en Amorgós. La primera vez que viste la playa fue en Almería y desde entonces, ella, la playa, el mar, el sol y la sal son nuestros símbolos de unión.
9 años en los que sin "entrada", te has colado en mi montaña rusa, has aparcado en mi corazón y me has mirado desde el tendido de sol y de sombra… como la propia vida, como mi vida, como nuestra vida.
Te he escrito y hasta te he compuesto chascarrillos. Te he contado cuentos, de los de verdad y de los mentira. Pero han sido sólo 3285 días que saben a uno. Uno como un beso tuyo, como una mirada o simplemente, como una palabra tuya… papá.
Hoy, hace 9 años te vi por primera vez la cara y el día que esta luz se me apague, estoy convencido de que la veré también.
Por eso espero que ésta y otras muchas como éstas, sean cartas para celebrar 3285 veces que tú viniste a este mundo para enseñarme a ser más persona.
Simplemente… te quiero
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