Cebras

Cebras que guiáis los pasos de los que os pisan, ¡cabalgad por vuestras sabanas de asfalto!
¡que os cobije la sombra de las palmeras tricolores!

La noche, manto arrullador, os mira despierta, vigila el blanco de vuestra tersa línea y así deslumbrar al amanecer, marcando el sendero para atravesar el río negro, amazónico, destartalado, que cubre la ribera serpenteante de esta orilla embarrancada en la intangible selva.