22
2012Cuando un hombre ama a un hombre
Diario IDEAL, 21 noviembre 2012
O en su vertiente femenina, cuando una mujer ama a una mujer… cuando un hombre ama a una mujer era la letra de la canción de ‘Vaya con Dio’s que me sirve de hilo argumental para esta columna que tenía pendiente escribir pero, por otras razones, se me ha quedado aquí atascada. Y es que hace no más de tres semanas el Tribunal Constitucional, como no podría ser de otra manera, según mi leal saber y entender, ha ratificado los efecto, jurídicos de la unión por matrimonio de dos personas del mismo sexo. La unión en este caso, se llama matrimonio también, es decir, unión contractual de dos personas con efectos jurídicos civiles que para nada tiene que ver con el matrimonio -o sacramento para los católicos- que es una unión bajo un rito religioso con efectos civiles -o no-.
En todo caso el matrimonio de dos personas del mismo sexo, al margen de parecerme legítimo y por supuesto constitucional, encuentra sus orígenes casi en el mismo origen de la Humanidad, pero ha sido la manipulación del término y el uso religioso concedido que parece que, efectivamente si dos hombres -sobre todo- si se unen eso no se puede llamar matrimonio (‘matris’, que significa madre y, la segunda, ‘munium’, gravamen o cuidado) ya que la figura femenina, en este caso, no existiría. Craso error, ya que en el caso de un matrimonio, sólo de ellas, esto no ocurriría (la figura de la ‘matris’ sí existiría). Todo esto nos llevaría a la locura de negar, sólo por la etimología de la palabra, el derecho a que dos hombres disfrutaran de los efectos jurídicos civiles tan importantes que en nuestra sociedad tiene la unión entre dos personas de diferente sexo. Como digo, no sólo una locura, sino que además atenta contra la libertad individual de los contrayentes, sean o no del mismo sexo. Reconozco que no he leído la sentencia del Constitucional pero una lectura somera de nuestra Carta Magna es más que suficiente y un ligero conocimiento del Código Civil que de eso también estoy sobradamente leído.
¿Si la materia cambia por qué no lo puede hacer el hombre? Así es. Esta pregunta filosófico que le oí un día a Punset, me ratifica en la convicción de que las palabras son y deber ser reflejo del momento, de una sociedad, vivas, cambiantes… no como piedras inmóviles dejadas en una carretera. De sobra sabemos y conocemos cómo el sentido de las palabras cambia, evoluciona, se adapta y más en estos tiempos de globalización del conocimiento. Un individuo soberano y libre genera una sociedad soberana y libre. Es el pilar básico del pensamiento liberal. Yo no lo entiendo de otra forma. Y es por eso que los efectos de sus actos tiene efectos jurídicos, civiles o penales, por ejemplo. Es lo que nos separa de las dictaduras, pensamientos totalitarios, o extremismo religiosos que durante el siglo XIX, buena parte del siglo XX y este siglo XXI, ha pretendido oprimir a los individuos bajo no sé que clase de medida moral, religiosa o de partido.
Por eso, incluso en la regia nada intelectual de ZP, hubo luz, como hay oasis en los desiertos. Y esto fue un acierto que monopolizó -una vez más- la Izquierda, frente al mojigaterío de la Derecha hipotecada con su religión que confundió -una vez más- el sacramento con el contrato.
Conozco a ellos y a ellas, y son tan buenas personas como los mejores hetereo, y sin necesidad de apretarme, tan capaces de criar como lo soy yo, pese a ser hetero militante. Es puro ejercicio de libertad individual y yo, como sociedad libre, debo articular las herramientas para que eso pase, sin cargas ideológicas o religiosas. Y como esto con la poesía, el cine, el teatro, la artes, históricamente atrapadas de forma artificial bajo el paraguas del pensamiento de la Izquierda hispana. Esta parte, como muchas otras, son las que aún nos distancian tanto de países tan poco sospechosos de no amar la libertad como Gran Bretaña, EEUU, Suecia o Noruega. Pero aquí, las churras y la merinas siempre están confundidas y liadas. Por eso, para personas como yo, les es tremendamente complicado hallar alternativa política al solar de ideas que genera la ‘ideología’ en la Izquierda o la ‘religión’ en la Derecha.
Son malos tiempos para la lírica, malos tiempos para las personas que creemos en la potente riqueza de nuestra individualidad -de ahí nuestra escasísima cultura del emprendimiento-. Y asistimos a la división siempre totalizadora de ‘bueno y malo’, ‘progresista y facha’ o ‘normal y maricón’. La vida está tan llena de matices y es precisamente esa mezcla, ese mestizaje lo que nos hace ser mejores individuos y gracias a ello, proyectados sobre los demás, conseguimos ser mejor sociedad.
La sentencia hoy citada no viene sino a ratificar mi creencia de que con ella somos mejor sociedad. Más libre, más justa y sobre todo, más segura jurídicamente. Por ellos, por ellas y por todos nosotros.
PD: Para quitar dramatismo religioso a esto ruego, querid@ lector/a, que eches un rato de cine viendo
Comentarios recientes