Despeinado

El viento revolotea a mi alrededor queriéndome decir algo… tal vez que deje de mirar el fondo de la lata, porque en esa lata, vacía, no queda más que aire, y el aire en movimiento, es viento.

Viento para hinchar velas o apagarlas, para volar o hundir navíos, para llevarse el recuerdo o, simplemente, traer el olor de tu nombre.

El viento hace ondear la bandera; la bandera de nadie, negra, pirata, ¡bucaneros a babor!  y mensajes en botellas de ron con gotas de borracheras y pactos que nacían de la mesa en las que nos sentábamos, con luces veleras marihuaneras.

Pactábamos, ser, volver, regresar a ser viento… el viento que te despeinaba, el viento que ahora ya no sé ni como suena, porque de tanto esperar para oirte, me he quedado sordo.