Nos empeñamos que nada cambie. Decidimos por activa o por pasiva que lo que hay es lo que hay. Dejadez, aburrimiento o simplemente esa letanía de ¿cómo voy a cambiar yo algo si soy pequeño, discreto, irrelevante y ni tan siquiera tengo dinero? Y sin embargo, poder cambiar algo es más fácil de lo que uno se imagina. Basta con querer hacerlo.

Voluntad, determinación, esfuerzo y ganas de asumir nuestras pequeñas caídas como grandes lecciones para que la próxima sea, tan sólo diferente. Si todos sumamos una mínima decisión para cambiar algo, ese algo jamás será igual. Nunca me gustaron ni los verdes, ni los dorados. Ni nadie me dijo que no pudiera hacerlo de otra forma. Sólo lo hice. Lo hago y mientras pueda, lo seguiré haciendo.

Simplemente, ser diferente para intentar ser el mejor.

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Foto tomada en San Antonio / Texas. 1 de septiembre para la colección de ILOVEACEITE US.