El beso, cuanto más húmedo y con más lengua, mejor

¡Más armas de mujer!

Esta es la conclusión más importante a la que han llegado en Albany. Lo que empezó como una técnica de cortejo ha acabadoconvirtiéndose en un método de espionaje. El beso, cuanto máshúmedo y con más lengua mejor, es una base de datos bioquímica quela mujer procesa inconsciente, pero implacablemente: de ahí obtieneinformación sobre las condiciones físicas de cualquier candidato,así sea remoto, a padre de sus hijos. Por la boca muere el pez, ypor la saliva el hombre que no da la talla.

De todos modos, el estudio concluye que los besos espía son máspatrimonio de las mujeres. Los hombres priorizan su uso comoreclamo sexual. No sólo en el sentido más evidente: a través de lasaliva hay intercambio hormonal, por ejemplo de testosterona.Cuando un hombre logra introducir testosterona en la boca de unamujer, esto mejora la receptividad sexual de ésta.

Aquí hay que seguir insistiendo en ellos… en los besos, claro.