El culo que cambió el mundo


El culo que cambió el mundo.... Pippa by Vagamundos TAGS:

Diario IDEAL, 2 de mayo 2012

Cada época, desde que existe la comunicación, más o menos en su versión global, tiene sus tendencias, sus modelos, sus referencias. Los cánones de belleza, por ejemplo, ha cambiado a lo largo de los siglos. De aquella mujer rolliza del Renacimiento, pasamos a los pelos cardados de los 80. Las ultra siliconadas chicas Playboy del siglo XXI nada tienen que ver con aquellas mujeres lánguidas de los años 20 o las coreutas griegas ni por asomo gastaban las locuras del can-can que pintara Lautrec. Pero una simple vuelta por alguna pinacoteca universal como el Prado en Madrid o el Louvre en París, nos dará una idea de cómo lo que digo es así.

Sin embargo, hoy nos hemos de volver un poco más terrenales. Dejo atrás la mirada retrospectiva de la Historia, el Arte o la Literatura para meterme de lleno en la cultura de ‘couché’, ésa que ahora mueve cientos de millones de monedas de diferentes países por todo el mundo. ¿Quién no se muere por salir ahí?

Pero parar centrar más el tiro -tipo Froilán.- y entrar de lleno en las tendencias actuales, diré que en cuanto a culos hay algunos que llevan en el candelero ya unos pocos años. El de Jennifer López es un ejemplo. Muchas latinas, americanas, anglosajonas, han suspirado durante años por tener un culo de semejante poderío. Su reinado se vio desbordado por otro culo imponente: el de Beyoncé que, además, ha sido elegida por ‘People’, la mujer más bella del año 2011. No es que esté muy de acuerdo, aunque acepte el resultado. Ambos culos eran solicitados en clínicas especializadas o bien pare subir lo que la atracción terráquea impedía o bien para reducir lo que la genética indicaba.

Sin embargo, todos estos modelos saltaron por lo aires, justo ahora hace un año. Asistíamos entonces embobados a la boda del año, del lustro, siglo, del milenio, cuando de repente, todos, boquiabiertos descubrimos la belleza serenísima de una chica de blanco que portaba la cola discreta de la novia real. Llegaba a nuestra vida Pippa Middleton, la hermana de Kate, ahora Catalina, ejemplo viviente de las londinenses ‘Chelsea girls’.

Pippa, en décimas de segundo, se convirtió en la ‘reina de Internet’ y movió océanos de tinta. Sus fotografías comenzaron a llenar revistas, diarios, webs… pero lo que vino a representar un tsunami en toda regla, fue su culo. Las citadas clínicas, centros dietéticos, gimnasios… vieron como las revistas hasta entonces repletas de los culos enormes de JLo o Beyoncé, dejaban paso al discreto culo de Pippa, a la que todos los jeans, leggins o panties, le sentaban de maravilla.

Ya no se desean esos curvilíneos glúteos elevados a la enésima potencia, tipo Kim Kardashian, sino que lo que se lleva es el culo de Pippa. Incluso diseñadores de ropa han intentado idear pantalanes que, colocados, simulen un trasero de tan dulce tamaño y proporción.

Este pasado año, hace un año, ya ningún culo volvió a ser el mismo. Es la gran diferencia de nuestra realeza frente a la ‘british’. Allí, antes Kate, ahora Catalina y Pippa, lo que se colocan, ponen, muestran, o exhiben tarda horas en agotarse en las tiendas, mientras que lo que lucen aquí nuestras vástagas reales, unas huídas, otras por despistadas y otras por famélicas, nada transmiten a su sufrido pueblo. Desde luego el culo de Doña Letizia, Princesa de Asturias -seamos reales-, nada tiene que ver con el de Catalina -porque no se le ve- y ni mucho menos con el de su hermana, al que todos quieren parecerse. Es el efecto de una boda; es el efecto de una Casa que ha aprendido a vivir ya en el siglo XXI. Aquí, por desgracia, entre chorizos, cuernos y cazadores anda el juego. Pero esto es harina de otro costal.

En marzo, cuando me paseaba por King´s Road, en el barrio de Chelsea, iba mirando aquí y allá porque tenía la sensación -mezclada con deseo- de que Pippa saldría por alguna esquina, como aquel día que me crucé con Camila Parker en Convent Garden. No tuve suerte. Pero desde luego lo que sí pude comprobar es que la fama de las ‘Chelsea girls’ es algo más que un mito o una leyenda. Un día hablaré de ellas.

Hoy me quedo con este año que llevamos buscando por todos los rincones del mundo culos parecidos al que cambió el mundo. El culo de Pippa. ¡Vivan los novios!