El mapa de tu espalda

Has llegado desde las mismas entrañas de lo inexistente para dejar impresa entre miles de líneas, desde tu espalada, un camino a recorrer para hallar lo desconocido…

Rugosidades montañosas que se abren paso entre los pliegues que forman el cadencioso paso de los tiempos -pasado, presente, futuro- y que pese a ellos, muestran por donde se ha de seguir…

No caminar…

Sólo dejarse arrullar, abrazarse por la transfiguración en éster de gotas caleidoscopicas con las que has de ser inseminada.

El viajero no debe tener miedo… lo absolutamente ignorado es apasionante, descaradamente convexo con trazos a converstirse en rectitud… sí, en algo erecto como, otra vez más, tu sendero.

Y desde aquí, ahora, me persono para mirarte, para descifrarte y mutar contigo hacia lo invisible.