Los cierto es que la crisis no sólo nos ha traído la mayor destrucción de empleo de la historia, llegando a superar los 4,6 millones de desempleados, con tasas de paro como en Andalucía por encima del 27%, sino que ha evidenciado el ‘papelón’ de los sindicatos UGT y CCOO como ‘palmeros’ del Gobierno socialista que en sus años de gobierno ha destruido todo el empleo creado hasta 2003.

El fiel reflejo fue la pasada manifestación del 1º de mayo, donde acudieron, según las organizaciones 60.000 personas, cantidad que se redujo a 5.766 personas, contabilizados por la empresa Lynce mediante un software informático para aglomeraciones humanas de imágenes fijas y en movimiento.

El derecho fundamental de un trabajador es tener, disfrutar y ejercer ese derecho. En España hay ya millones de trabajadores que no pueden ejercitarlo y no se espera que muy a largo plazo lo puedan hacer, sobre todo ese millón de trabajadores de más de 45 años que tal vez no vuelva a enontrar trabajo nunca.

Habría que pensar de qué viven estas organizaciones ‘parapolíticas’ con exceso de peso político, famélica ayuda social  y, por supuesto, huérfana defensa del trabajador.