Elena, cocaína y Don Jaime

Recuerdo esa coplilla de Loquillo que decía aquello de…  me gustan las chicas que por condición necesitan tiempo y dedicación, elegantes y bonitas, con liguero de Dior, Chanel, cocaína y Don Perignon…

Ahora resulta que tras el presunto divorcio, aún no iniciado entre la más borbonas de las hijas de Don Juan Carlos, la Infanta Elena, y el yupipijo de Jaime de Marichalar, se esconde la afición al polvo blanco del joven repeinado. Que conste que cuando vivía en Madrid oí en los mentideros próximos a la Casa Real que, el motivo de su patatús en el gimnasio es el brillantinas se había pasado con la farlopa. Y ahora la Infanta va y lo casca.

Época, la revista, confirma que Doña Elena no cumple con los horarios de visita permitidos a Jaime de Marichalar. Apuntan a que ahora dice que no se fía del padre. Además, la Infanta viaja a menudo a Barcelona con sus hijos, sin el conocimiento ni consentimiento de Marichalar.

Hoy la Red está que arde. ¿Qué pensarán los juancarlistas españoles? Y yo que me quedo con el regusto de pensar que la III República esté más cerca… ¡ay!

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