Mientras he estado recorriendo buena parte de la geografía de nuestra "piel de toro" y oyendo a Loquillo, he pensando en autoanalizarme y saber por qué, ellas, son las que me guían.

He encontrado mi primer recuerdo "sexual" (de corte heterosexual), si esto se puede llamar así, en aquellos ejemplares de "Pronto" que en su página central te regalaba unos pósters chulísimos.

Había junto a mi cabecero, toda la formación de "Los hombres de Harrelson", un super póster de "Spiderman" y toda una lujosa y amplia colección de recortes, fotos y pósters de "Pronto" de la primera chica que entró en mi vida: Farrah Fawcett, la rubia más espectacular de "Los ángeles de Charlie". Quizá antes, con algo meno de edad, la rubita de Abba, me gustaba también. En fin 7 u 8 años, no más.

Recuerdo bajar los viernes para ver el "Pronto" que mis vecinas, Angustias y Juana, compraban en el quiosco. Como viniera ella, desgrapaba la hoja central y al cuarto del "Cuéntame" (dormíamos los tres hermanos en dos camas).

Todo esto pasaba mientras llegaba el año 79-80, año en el que dejamos el pueblo, Torredonjimeno, y nos fuimos a la capital: Jaén. Menudo cambio. Fuimos al "Navas de Tolosa" cuando aún era masculino. En 6º ya llegaron ellas.

Pero quiso el destino, mientras se diluía Farrah, poner a otra rubita en mi camino (dos, mejor): Olivia Newton John, vivo reflejo de mi vecina Maripili. De las dos estuve enamorado muchos años. Una por ser icono de "Grease" y la otra por ser la novia que siempre quise tener y que jamás se fijó en mi. Tendría 10 u 11 años. Todo un chaval descubriendo que bailar pegados, era bailar. Maripili interpretaba con su hermano aquel baile de Olivia y John (Travolta) que cerraba uno de os musicales que todos los seres deberían ver.

Ella, ¡cómo bailaba!, con su hermano. Jamás bailó conmigo hasta el día que cumplí 18 años. En mi cumple bailó y bailó conmigo.

Todo lo demás será fruto de otra entrada. La historia sigue. Ellas están muy presentes.