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2007Ellas… más allá de nuestras fronteras
Sufro. Cuando las veo, sufro. Sinceramente. Verlas en este estado catatónico sujetas a versos satánicos me producen que las entrañas se me revuelvan y dude incluso de la naturaleza humana.
Aquí, ellas, tan ellas, tan mujeres, tan completas, tan persona.
Allí… más allá de nuestra fronteras … simples cosas.
Desde Tarifa no hay más de dos kilómetros donde un sátrapa las conduce al cadalso o las apedrea por tomar el nombre de no sé qué dios en vano. Ellos las pueden repudiar y dejarlas tiradas como escoria en una montaña de excrementos mahometanos.
A menos de dos kilómetros… el sátrapa vive gracias tambiné a los zapateros remendones que le limpian con su lengua la chilaba y chupan por él, su cachimba llena de gotas de sangre de ellas.
Más allá de nuestra fronteras… ellas no existen. Las tapian, las empapelan, las descuartizan, las "desclitoran" y hasta las ignoran.
No hay peor desprecio que no hacer aprecio y eso, ellas, las de más allá de nuestras fronteras, bien que lo saben.
Aquí, ellas, debería acordarse más de las que sufren por no poder ser ellas.
Yo, lo hago.
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