Encadenado

Siempre debes cumplir condena… por acción o por omisión… quemarte en la hogueras de las vanidades del espejo y luego, con lo que quede, envolver bocadillos mañaneros.

Cada eslabón es una condena… una paso en falso, un hoy, tal vez un ayer, pero casi nunca el mañana. 

Pesados y doloridos recortes de periódico para fabricar gorros de papel… como las palabras… mojadas por saldos en azul que arroja un cajero fuera de servicio. 

Y al final, nada queda. Sólo resta un recuerdo encadenado a un pudo haber siudo y no fué…

¿Otro ladrillo en el muro? No; otro jirón metálico que se arranca de tu piel