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2013Entrenando la cabeza
GTP. 11 días. Cuenta atrás. Estoy desesperado y cansado. Muchos meses con vistas puestas en esta prueba que parece que no llega. Y aburrido. Aburrido de esperar a ese 28 de junio que nos lleva machacando desde que hace muchos días decidiéramos afrontar este reto: 110 km y 5000m de desnivel.
Hemos hablado de otras pruebas. Hemos realizado otras pruebas. Hemos corrido ya por todo tipo de terrenos. Hemos subido a casi 2300 m para tocar el cielo y bajado a nivel del mar para mojar nuestros gemelos en sal.
Ya hemos entrenado nuestros cuerpos para el frío, para el calor, para el hambre, para la sed, para la fatiga…lluvia, barro, granizo. Para levantarse tras una caída.
Sin embargo, hay límites que aún no hemos superado. Nos asomamos a un precipio de dimensiones desconocidas, al menos para mí.
Y es quizá la duda y la angustia de nos saber qué pasará, lo que me tiene a estas horas, ahogado y con la cabeza a punto de estallar.
Recuerdo cuando llegué a Zante (Grecia), en aquel viaje que hice en Harley desde Málaga, atravesando Italia que, al subir al barco en Kyllini (Grecia), último tramo para desembarcar en Zante (apenas 30 minutos), me senté en popa, abrí una Heineken y me dediqué el ‘Extrem ways’ de Moby, porque lo había conseguido. Y mi meta estaba ya a escasas brazadas.
Hoy repito esa imagen una y otra vez. Así como cuando se bajaba el portón de popa y salía para tocar tierra. Es la dulce miel de la llegada.
Pero eso está en mi cabeza. La que no sé si está aún preparada.
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